martes, 27 de mayo de 2014
lunes, 26 de mayo de 2014
POBREZA EN EL DEPARTAMENTO DEL CHOCÓ
El
Chocó, fronterizo con Panamá, es el departamento más azotado por la pobreza en
Colombia toda vez que el 68 por ciento de la población padece ese flagelo,
según un informe presentado y por el Departamento Nacional de Estadística
(Dane)
Según
el informe "Pobreza y Desigualdad 2012, por Departamentos", le siguen
Cauca con un 62 por ciento; Córdoba, con 60 por ciento; La Guajira, 58,4 por
ciento y Magdalena, 52,3 por ciento, todos del norte del país.
En
contraposición, los departamentos menos vulnerables en la incidencia de la
pobreza son Bogotá (que es tomado por departamento), con 11,59 por ciento;
Santander, 20,8 por ciento; Cundinamarca, 23,3 por ciento; Antioquia, 26,8 por
ciento; y Valle del Cauca, con 26,9 por ciento.
De
otro lado, Bogotá fue la ciudad que presentó mayor ingreso per cápita al
registrar 857.103 pesos, en tanto que el de menor ingreso per cápita es Chocó
con 227.493 peso.
E.F.E
(2013) Según estudio, Chocó el departamento más pobre de Colombia.
Recuperado
de :
jueves, 22 de mayo de 2014
GASTRONOMÍA AFROCOLOMBIANA
Los pueblos
afrocolombianos. La sazón de la comida de los litorales y de los valles en
donde habitan se destaca por la fina mezcla de aromas y sabores combinados con
sensibilidad e imaginación. Sus cocinas se engalanan con toda clase de utensilios,
elaborados especialmente para cernir, rayar, escurrir, moler, picar, adobar o
servir. Bateas, pilones, rallos y susungas danzan entre las manos de las
mujeres afrocolombianas para deleitar cada día con sus arroces encocaos,
alegrías de millo, quesos fritos, rondones y mil delicias más.
La riqueza
vegetal y animal de las regiones habitadas por los pueblos afrocolombianos se
refleja en sus dietas cotidianas. Las preferencias culinarias son tan variadas
como los mismos ecosistemas en los cuales han desarrollado sus culturas. No
obstante esta inmensa cobertura geográfica, ciertos gustos, aromas y modos de
preparación son comunes entre la gente afrocolombiana que habita lugares tan
distantes entre sí como el Archipiélago de San Andrés, en el Caribe, y Guapa, en
la costa Pacífica de Nariño. Permanencias de memorias antiguas, sin duda
ligadas al África y al periodo esclavista, en el cual la dieta alimenticia era
en buena parte controlada por los amos. Innovaciones e incorporación de
productos, sabores y olores adoptados en el contacto con otras poblaciones.
Bosques, ríos y mares figuran como los principales escenarios de
aprovisionamiento, lo mismo que las tierras cultivadas y los pastizales en
donde crece el ganado.
El sofrito
caribeño se parece mucho a la salsa ata de la cocina yoruba, de Nigeria
occidental. Pero el uso de estas salsas difiere en ambos lugares. En el Caribe,
el sofrito es una base para cocinar otros alimentos como el arroz, la carne y
el pescado, en la misma cazuela. En Nigeria, la salsa ata, se vierte sobre
preparaciones hechas con harina de ñame, de yuca y de otros cereales.
LOS PEINADOS AFRO OCULTAN UN SECRETO
En la época
de la Colonia, los peinados de los esclavos marcaban el camino hacia la
libertad. Después de que las mujeres regresaban de la recolección y las labores
del campo, peinaban a sus hijas con tropas -esas trenzas pegadas al cuero
cabelludo- que en realidad eran mapas con guías para seguir la ruta de escape.
Así lo
descubrió la socióloga de la Universidad Nacional Lina María Vargas en una
investigación que realizó para su tesis de grado. Fue Leocadia Mosquera, una
profesora afro descendiente residente en Bogotá, la que orientó a esta
socióloga en los significados de los peinados de las comunidades
afrocolombianas.
Entonces, las
esclavas mujeres marcaban mojones o señales en el peinado de las niñas: un
árbol grande, un camino, un sembrado. "Si el terreno era muy pantanoso,
las tropas se tejían como surcos" cuenta Leocadia.
La
observación estaba a cargo de las mujeres, que tenían un poco más de libertad
que los hombres para moverse por las propiedades de los amos.
Los mapas
comenzaban en la frente y se iban adentrando hasta la nuca. Los esclavos
establecían códigos ocultos para interpretar estas guías formadas por nudos y
trenzados. Las trenzas servían también para establecer sitios de encuentro.
Después de
que los esclavos obtuvieron la libertad, los peinados, a los que se conocen
como sucedidos, seguían contando historias, ya no era un método de resistencia,
pero servían para mostrar lo que pasaba en la mina o en el sembrado.
Todo este
mundo oculto fascinó a esta investigadora que empezó a adentrarse en el mundo
de los peinados de los afrodescendientes, un saber que se ha transmitido de
generación en generación.
Los looks
modernos
Según Lina,
además de esta vertiente tradicional, está también otra más contemporánea, que
se nota especialmente entre las comunidades afrocolombianas que viven en las
ciudades. Aquí, los deportistas y raperos estadounidenses son fuente de
inspiración.
O si no que
lo digan en la barbería Black and White, la original, situada en El Hueco.
Un pequeño
local a donde llegan decenas de hombres para conseguir el look de moda.
Puede ser el
Jersey, que tiene la apariencia de desvanecido; o el face, que consiste en una
plancha con los laterales al ras.
Por supuesto,
los clientes que no tienen muy claro qué corte quieren, pueden acudir a uno de
los afiches que cuelga de la pared que dice American Style. Ahí se muestran las
fotos con varios estilos para todos los gustos.
Jairo Manuel
Pérez es cliente habitual de Black and White, vive en la Costa y se motila cada
vez que viene a Medellín a hacer una vuelta. El jueves, a eso del mediodía,
salió con el pelo muy corto y desbastado a los lados. La parte de la frente
formaba un cuadrado perfecto y la barba un candado con cerquillo doble.
"Es estilo afroamericano", señaló Jairo con cara de satisfacción antes
de abandonar la peluquería.
Si muchos
hombres lo prefieren al ras, y acuden a la cuchilla para darle al pelo variedad
de formas, las mujeres afrocolombianas se inclinan por el "alisé", o
las trenzas.
Estas últimas
suelen ser muy elaboradas. Por lo general, los peinados resultan de reuniones
en los días de descanso, cuando las mujeres se reúnen para conversar y al mismo
tiempo, se peinan.
Lina María
Vargas se adentró durante meses en las peluquerías de afrocolombianos en Bogotá
y descubrió que en la actualidad, los peinados de estas comunidades también
expresan, en cierto modo, una resistencia contra la cultura dominante. Trenzas
como las tropas, el curly, las drelas o los sucedidos significan resistencia,
esta vez contra estéticas hegemónicas de los blancos. Llevar el cabello de
cierto modo es una manera de expresar la identidad", señala.
Las peinados de las
comunidades afrocolombianas tienen un lenguaje oculto. No son accesorios, sino
un arraigada forma de lucha y resistencia
FIESTA DE SAN PACHO
La primera
noticia sobre esta fiesta data de 1648. En ella se relata que una comisión de
misioneros franciscanos llegó al Pacífico colombiano llevando una imagen de san
Francisco de Asís. La comisión tenía el propósito de pacificar a los indios y
allanar las rutas de oro del Chocó. El lugar estaba poblado por los indígenas
citaraes con quienes los franciscanos organizaron una procesión de balsas la
cual estuvo encabezada por la imagen del santo. El 28 de agosto el mismo año
los indígenas fueron a saludar la imagen vistiendo atavíos insólitos para los
misioneros: tocados, collares y pintura corporal. Además le crecieron pescados
y frutas.
En el afán de
fortalecer la misión, los franciscanos pretendieron levantar una iglesia a
orillas del río Atrato cuyo patrono sería san Francisco de Asís. Sin embargo,
en 1684 los indígenas asesinaron a algunos de los misioneros y quemaron ese
primer poblado. No obstante, ellos no eran los únicos pobladores del lugar.
Para 1670 habían llegado nuevos conquistadores; eran los aventureros que, en la
búsqueda incansable del oro, llevaban consigo cuadrillas de esclavos que
servirían como mano de obra a las labores de extracción del oro.
De este modo
san Francisco de Asís se convirtió en el santo patrono del recién fundado
pueblo de Quibdó. La acogida de este santo por parte de la población
esclavizada no se hizo esperar. Desde los primeros años la celebración del día
patronal se convirtió en la festividad más grande del lugar. En uncomienzo, esa
celebración tuvo un carácter sagrado en el sentido de conmemorar, recordar y
homenajear al santo. Para esto se realizaba una procesión de la imagen que se
paseaba por los diferentes barrios de la ciudad, como recordatorio de los
primeros recorridos del san Pacho que viajaba visitando los caseríos a lo largo
del río.
En la
actualidad al carácter sagrado de esta fiesta se le suma uno carnavalesco que
tiene su origen en las fiestas de diciembre y enero que, como el carnaval de
Barranquilla, festejan en Quibdó el advenimiento del nuevo año. La fiesta de
San Pacho también está compuesta por desfiles de comparsas que recorren los
diferentes barrios con el fin de competir y denunciar las necesidades
prioritarias de los pobladores. Al son de la chirimía chocoana compuesta por
clarinete, platillos, tambor alegre o redoblante (requinta), tambora,
bombardino y saxofón se realizan danzas en honor al santo. De esta manera, el
baile y la fiesta se convierten en un medio para reclamar mejores condiciones
de vida. El festejo patronal esta constituido por una procesión religiosa que
conduce la imagen del santo por toda la ciudad, hasta llegar a la catedral de
Quibdó donde se realiza una larga ceremonia en homenaje a San Pacho.
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